“Escribir; pero antes de escribir estarligados a la vida, no verla como unesquema ni como nada que se nos hayaestablecido, sino como algo que vive yestamos obligados a construir”Revueltas.
Un 14 de abril de 1976 el escritor José Revueltas pasó a terminar sus días terrenales en la tierra, aquel hombre autodidacta que comprometió su vida con el periodismo, teatro, cine, ensayo, política (activismo) y literatura. Sobre todo, su papel en la literatura y como esta siempre estuvo ligada a la realidad nacional, a problemas políticos, sociales de talle internacional (plena guerra fría) y de índole nacional como el movimiento ferrocarrilero y el estudiantil de 1968.
Sería un error a todo lo que fue José Revueltas si este texto centrara el objetivo en contar la pena y la zozobra de la que fue plena amiga su vida. Si resaltáramos la historia de sus múltiples “vacaciones” en las islas Marías, la estancia en Lecumberri o la cárcel de Belén, la desacreditación sufrida por otros colegas o sus mismos compañeros de cuartel; entonces nunca habremos comprendido la razón del trabajo de este hombre, él jamás se hubiera permitido ver como un mártir de los desposeídos o los oprimidos. Siempre fue un “camarada” íntegro y trabajador dispuesto a crear textos que fueran de utilidad para la sociedad, que despertaran conciencia y se alejaran de obras de autores de “cocktail” como: Dama De Corazones (de Torres Bodet), una literatura rica en talento y recursos literario; pero inservible y sin ninguna utilidad para el pueblo mexicano.
El pensamiento que ocupa la obra de Revueltas, nunca escatimó a la crítica, en combatir la alienación burguesa (en Ensayo De Un Proletariado Sin Cabeza); también a la socialista, en denunciar la contrariedad de la realidad social (El Apando), combatir al dogmatismo imperante en la U.R.S.S. de Stalin. Los Días Terrenales y Los Errores son mordaces ejemplos de la crítica a través de sus textos; no fueron simples novelas de policías persiguiendo rojos, de personas aprehendidas y sufridas, tienen una utilidad social, son una forma de arremeter contra la tergiversación ideológica, al hermetismo que alcanzaba al Marxismo de la época, a la que Pepe vio como el primer enemigo a vencer de la revolución proletaria.
Sin duda a 40 años de su fallecimiento, la popularidad del hombre ha crecido más por el lado de la apreciación de su estética literaria; pero es preciso no olvidar cuál fue el pensamiento de José respecto al escribir. No es mi intención invitar a los lectores a abrazar las ideas de Revueltas, a que escriban sobre Marxismo o sobre Materialismo-Dialéctico, tampoco escribir de política, mi idea no va por ahí. Lo sensato es contribuir a que todos aquellos que escribimos desde: notas periodísticas, artículos de internet, revistas, ensayos, cuentos, novelas, teatro, cine, etc. Desde el nivel amateur o al más profesional posible. Estemos enterados de la responsabilidad social que se tiene al escribir algo para otros, es decir, escribir algo útil, con aporte a nuestra realidad, algo que sea provechoso y no únicamente dedicado a lo estético, a la belleza escrita, esa que endulza la mente aunque no estimula la misma.